Vestirse para la batalla: qué necesitas para practicar Body Combat
En estos días de cenas de empresa y reuniones familiares quizás venga bien liberarse de las tensiones antes de ir a comer con el jefe o con el suegro, y qué mejor manera de hacerlo que con una buena clase de body combat.
El body combat es un ejercicio aeróbico de alta intensidad que se basa en la mezcla de movimientos de diferentes artes marciales al ritmo de una música muy potente y activa. Prepárate para sudar y desarrollar la fuerza de tu musculatura.
Este tipo de ejercicio es un híbrido muy particular porque a partir de las artes marciales se forman coreografías propias. Los movimientos o tracks que las integran no son precisamente pasos de baile sino técnicas de boxeo, de kick boxing, capoeira o incluso de muay thai. Pero no te preocupes, no hay contacto con el adversario.
El hecho de que sea una actividad que desarrolla la fuerza no significa que no sirva para perder peso porque el fundamento del trabajo corporal del body combat es aeróbico.
Como es una disciplina de tipo cardiovascular, sirve para quemar grasas con la gran ventaja añadida de que por su intensidad también trabajaremos el tono físico. Además, es perfecta para mejorar nuestra resistencia ante el esfuerzo.
¿Qué necesitarás para participar en tu primera clase de body combat?
Lo primero: una mente lista para el combate. El contrario que en el taichi, que siendo un arte marcial es una disciplina lenta, en el body combat tienes que estar muy activo y dinámico toda la sesión.
No olvides llevarte una toalla para el sudor. La necesitarás. También ten a mano una botella de agua que te permita rehidratarte con la frecuencia que necesites (en serio: vas a sudar).
Equípate con ropa cómoda, que no apriete pero tampoco tan holgada que pueda suponer un problema para el desarrollo de los movimientos. Es decir, ni mallas de aeróbic ni pantalones de yoga. ¡Esto es Esparta! Si puedes, busca ropa deportiva de secado rápido para el sudor.
También necesitarás unas zapatillas confortables y sólidas. No hace falta que tengan una amortiguación especial como las zapatillas de correr pero sí sería conveniente que tuvieras estabilidad y agarre con ellas puestas.
Sobre todo, tu equipamiento más importante va a ser tu actitud.
El body combat es un tipo de entrenamiento divertido y excitante, aunque desenvolverte con soltura en una clase te llevará entre 4 y 5 sesiones, según tu capacidad.
La coordinación y la flexibilidad son básicos en body combat porque integra y combina movimientos del tren inferior y superior, frontales, laterales, con salto… Si no son tu punto fuerte, tendrás que desarrollarlas poco a poco con paciencia y trabajo.
No te preocupes si en las primeras clases estás un poco desubicado, es lo normal cuando empiezas algo nuevo. En aproximadamente un mes habrás completado el aprendizaje de las técnicas básicas y estarás listo para pasar al siguiente nivel.
Vas a sudar. Asúmelo. Pero también vas a sentirte fuerte e inspirado. Experimentarás el subidón de adrenalina de un luchador tanto por dentro como por fuera.
Y prepárate para unas buenas agujetas en los días siguientes porque vas a trabajar grupos musculares que no estás acostumbrado a trabajar. ¡Pero eso es buena señal! Significa que tus músculos se están desarrollando.
Agradecerás adentrarte en esta disciplina si lo que buscas es trabajar la zona central del cuerpo. El trabajo de la zona core en body combat es intenso y esto se traduce en unos abdominales y unos músculos lumbares más fuertes y flexibles. Esto nos ayudará a mejorar nuestro equilibrio y nuestra postura corporal. Al fin y al cabo, ¿has visto a algún guerrero con los hombros caídos?
El body combat es una actividad apasionante y llena de energía que te recomendamos probar. Aunque es un ejercicio que requiere una gran exigencia física, es tan divertido y estimulante que te aseguramos que querrás repetir.