Lo que tienes que saber antes de de utilizar la sauna en verano // //
18.7.2017
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Lo que tienes que saber antes de de utilizar la sauna en verano

Utilizar la Sauna en Verano

La sauna nos ayuda a eliminar toxinas, limpiar la piel y depurar el organismo. Sin embargo, las altas temperaturas propias del verano hacen que la idea de pasar voluntariamente más calor parezca un disparate. 

Nada más lejos de la realidad:

utilizar la sauna regularmente en verano aporta grandes beneficios para nuestro organismo.

La sauna tiene grandes ventajas para nuestra salud. Nos ayuda a eliminar toxinas e impurezas de nuestro organismo renovando y mejorando el estado general de nuestro cuerpo. Se calcula que con una sesión de sauna eliminamos aproximadamente el 30% de las toxinas de nuestro organismo.

en una sesión de sauna eliminamos aproximadamente el 30% de las toxinas de nuestro organismo

Además, ayuda a despejar las vías respiratorias y tiene un gran efecto relajante sobre nuestra musculatura, ayudando a aliviar problemas articulares. Durante una sesión de sauna, la respiración es más pausada y profunda, llevándonos a un estado general de calma. Esta relajación es perfecta para combatir problemas de estrés y de insomnio. ¿Tienes dificultades para dormir este verano? Prueba con una sesión de spa con sauna para relajar y renovar tu organismo. 

el beneficio de utilizar la sauna en verano es que ayuda a mejorar la tolerancia de nuestro organismo al calor

Sobre todo, el especial beneficio de utilizar la sauna en verano es que ayuda a mejorar la tolerancia general de nuestro organismo al calor, algo que en este verano con temperaturas tan altas se agradece. Una sesión de quince minutos tres veces por semana nos ayudará a soportar mejor el calor sofocante del exterior.

La mejora de la salud gracias al uso de la sauna es general porque no se limita a un área concreta del cuerpo sino que afecta a todo el organismo por igual. Además, es un método muy eficaz para ayudar en el proceso de pérdida de peso y limpiar la piel en profundidad.

El calor abre los poros y ayuda a la transpiración general. Al tratarse de un entorno controlado y con vapor de agua limpio, nuestra piel se purifica y elimina la suciedad que bloquea los poros y contribuye a la aparición de molestos problemas de acné. Nuestra piel se limpia en profundidad al igual que nuestro organismo. 

Otro gran punto a favor de la sauna es que ayuda a mejorar la circulación gracias a que el calor dilata los vasos capilares. Así, estimula el riego sanguíneo y ayuda a que el corazón bombee con más fuerza, activando nuestra circulación. 

Utilizar la sauna correctamente

Eso sí, es importante saber utilizar la sauna correctamente para evitar problemas derivados de su mal uso. La hidratación previa y posterior al uso de la sauna es fundamental para evitar mareos y sensación de fatiga. Debemos estar correctamente hidratados antes de entrar y reponer después los líquidos que perdemos en la sauna.

Las sesiones de sauna nunca deben superar los veinte minutos. Es mejor repetir en sesiones cortas separadas por pequeños descansos que exponernos al calor en periodos largos de tiempo. 

Las sesiones de sauna nunca deben superar los veinte minutos

Existen además otra serie de precauciones que debemos tomar antes de utilizar la sauna. Es importante que estemos bien hidratados antes de entrar porque en la sauna perderemos gran cantidad de líquidos. Por esa misma razón, no se recomienda entrar ni justo después de comer ni después de realizar un ejercicio intenso.

Tampoco se recomienda a personas con problemas cardíacos pues, tal y como hemos destacado, influye sobre nuestra circulación y ritmo sanguíneo. Los hipertensos, las embarazas y las mujeres durante la menstruación deberán tener especial cuidado con el uso de la sauna.

Es importante ducharnos antes y después de entrar en la sauna. Primero, por higiene. Segundo, para templar el organismo antes de la exposición al vapor y recuperar después la temperatura normal progresivamente. Así, potenciaremos los beneficios de la sauna en nuestro organismo.

El calor no sólo sirve para dificultarnos la vida en verano. Correctamente utilizado, mejora nuestra condición física y el estado general de nuestro organismo, eliminando aquello que sobra y que nos perjudica. 

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