Bicicleta: ¿en sala o al aire libre?
El ciclismo es una de las actividades de ocio que más adeptos gana en la actualidad. Ya sea en sala o en el exterior, cada día son más los que se animan a practicar esta modalidad deportiva completa y saludable.
La evolución de las tradicionales bicicletas estáticas en las modernas máquinas de ciclo que facilitan el pedaleo y permiten controlar la intensidad con sencillez por un lado, y la proliferación de vías verdes adaptadas para bicicleta por todo el país por otro, han propiciado la popularización de este deporte tanto en interior como en exterior.
Las ventajas y los inconvenientes de cada modalidad son numerosos. Por cuál nos decidamos dependerá mucho de lo que busquemos obtener de nuestro entrenamiento.
En general, el ciclismo es una actividad que nos permitirá desarrollar nuestra resistencia cardiovascular y quemar una gran cantidad de calorías. Aunque se trabaja todo el cuerpo, el trabajo de brazos es mínimo comparado con el que se realiza del tren inferior, donde este deporte pone todo el énfasis.
Su práctica regular permite ponerse en forma de forma progresiva y sin un excesivo desgaste de las articulaciones porque no hay impacto. Eso sí, la rodilla puede sufrir sin un correcto pedaleo o con una carga excesiva.
En las actividades de ciclismo en sala, como spinning o ciclo 101, estas bicicletas están especialmente diseñadas para permitir regular la intensidad según el ritmo de la clase, que suele ser dinámico y divertido. Así, podremos controlar la efectividad del ejercicio según nuestros objetivos personales.
El trabajo en grupo, la música y la motivación extra que aporta un buen monitor son un beneficio nada desdeñable a la hora de tener en cuenta por qué modalidad decantarnos. Como contrapartida, debido a la alta intensidad, la hiperextensión y la hiperflexión de la rodilla puede producir un desgaste extra de la articulación si no se tiene cuidado.
Por su parte, el ciclismo al aire libre ya sea en carretera o MTB tiene el atractivo en su propio nombre. El cambio constante del paisaje y la sensación de libertad son imbatibles. Puedes elegir el terreno según te apetezca realizar un itinerario más suave o más cañero; elegir carril, carretera, montaña o campo a través y alternar trabajos de distancia y resistencia puros con algo más de fuerza. El reto depende completamente de nosotros: distancia, velocidad, adaptabilidad, fuerza, resistencia.
Por lo general, para practicar ciclismo tendremos que salir de la ciudad ya sea cogiendo el coche o dedicando parte de nuestro tiempo de entrenamiento a salir de la ciudad. Necesitaremos disponer de bastante tiempo libre y del espacio adecuado para practicarlo, dos requisitos que no siempre son fáciles de conseguir. Sin embargo, el acceso a cualquier sala de spinning en prácticamente cualquier hueco que tengamos libre en nuestra agenda es muy cómodo y práctico.
Las condiciones meteorológicas también son un arma de doble filo cuando hablamos de salir a pedalear fuera. En invierno tendremos que contar con que la lluvia chafe nuestros planes y en verano tendremos que evitar con los picos calor, limitando así bastante la posibilidad real de salir a entrenar.
El aspecto económico también es un factor a tener en cuenta. Mientras que para acudir a cualquier clase de ciclo indoor sólo necesitaremos estar apuntados a un gimnasio, para el ciclo outdoor necesitaremos una buena bicicleta en propiedad. Aunque hay algunas a buen precio en el mercado, adquirir una buena bicicleta es una inversión económica que a la larga se traduce en una inversión en salud, especialmente para nuestras rodillas.
La experiencia demuestra que ambas modalidades no sólo son compatibles sino que incluso es bueno que así sea. Muchos ciclistas entrenan en sala con diferentes programas de ciclo indoor para mejorar su nivel y su capacidad cuando salen al aire libre. Así, en los momentos en que pueden disfrutar de su deporte favorito en el exterior, están preparados para afrontar cualquier nuevo reto que se propongan.