CONSEJOS PARA NO RENDIRTE NUNCA
Motivarse durante el entrenamiento es tan importante como el entrenamiento en sí mismo. En el mundo del fitness las cosas bien hechas se hacen despacio. No hay una fórmula mágica que te teletransporte a tu peso ideal o al volumen muscular que siempre has soñado.
El único método que funciona es el trabajo duro, constante, planificado y diario. Sólo un compromiso firme con tu proyecto y con tus objetivos te trasladará del momento actual al punto en el que siempre has querido estar.
Sin embargo, sabemos lo fácil que es perder la esperanza en algún momento del camino, cuando el peso se estanca y no baja, o el volumen sigue sin variar durante semanas.
La falta de motivación puede tener un efecto devastador sobre un programa de entrenamiento.
Para algunos, supone el abandono total del ejercicio. Para otros, empezar a faltar a las sesiones y entrenar sin energía.
Salir de este círculo de desmotivación puede ser complicado, sobre todo si hemos parado nuestro entrenamiento y el fantasma de las agujetas aparece de nuevo en el horizonte. Por eso, queremos proponerte varios trucos para que nunca pierdas la motivación.
Trucos para que nunca pierdas la motivación
Mantén tus objetivos realistas.
No hay nada más descorazonador que unos objetivos inalcanzables. Cada paso que das parece minúsculo en comparación con la meta que quieres alcanzar. Así, la sensación diaria es que no te mueves del sitio.
Puede que en total necesites perder 30 kilos, vale, pero el truco para que pase de ser un sueño a algo realizable está en fragmentar ese gran objetivo en otros más pequeños.
La idea de perder 30 kilos puede resultar abrumadora, pero perder 3 de aquí a octubre es bastante más razonable, asequible y, sobre todo, realizable. Cuando llegue octubre y hayas conseguido bajar esos 3 kilos te sentirás eufórico y antes de que te des cuenta habrá llegado marzo y habrás perdido 10. Pasito a pasito.
Anota tus avances.
Tirar de memoria está bien, pero es mucho mejor llevar un registro físico. De esta forma, tendremos siempre a mano una tabla con los pequeños avances que vamos realizando. Nada más motivador que echar mano de la agenda y ver cómo en tres meses hemos reducido varios centímetros de volumen. Ahí, a golpe de vista: tu esfuerzo reflejado en un papel haciendo posible lo imposible.
Explora tus opciones.
La rutina es enemiga de la diversión. En fitness no hay un sólo camino para llegar a nuestros objetivos. La variedad de ejercicios y opciones es tan rica y tan amplia que te permite cambiar tan pronto como aparezca el fantasma del aburrimiento.
Haz amigos.
Rodearte de gente que comparte tus objetivos, tu idea del ocio y tu pasión por el entrenamiento es fundamental para el éxito de tu proyecto.
Quedar con tus amigos a tomar una cerveza es genial pero, ¿y si fuera igual de genial quedar con tus amigos para ir a clase de zumba? O a correr. O a salir con la bici. Un buen grupo de gente activa te ayudará a mantener tu motivación durante toda la semana.
Dale al play.
Dicen que la música amansa a las fieras, cierto, pero también las activa. Nada como una buena playlist cañera para encenderte y mantenerte arriba durante toda la sesión. Además, si no tienes mucha idea de música en internet puedes encontrar cientos de playlist preparadas específicamente para entrenar, tantas que no te dará tiempo a aburrirte de ninguna. Busca por “workout” y ponte las pilas. ¡Tu energía se multiplicará!
El camino es largo, sí, pero bien acompañado se hace más llevadero. Si tuviste la motivación necesaria para empezar, ¡esto será pan comido!