Descansar bien para entrenar mejor
Es el secreto que conocen perfectamente los deportistas profesionales. Aprender a descansar mejor ayuda a nuestro organismo a recuperarse de la actividad física y lo prepara para asumir nuevos retos. ¿Quieres saber cómo es posible? Te explicamos por qué.
Aprende a descansar correctamente para mejorar tu entrenamiento
Ir al gimnasio con frecuencia es un hábito saludable. Ir al gimnasio todos los días puede ser perjudicial. La fina línea que separa el beneficio del daño radica en la necesidad del cuerpo de asumir la carga y el estrés físico al que le hemos sometido.
Por más que les gustaría a algunos, el cuerpo humano no es un robot sino un organismo vivo con unas necesidades muy concretas. La tensión que acumulan los músculos durante el ejercicio puede llegar a producir roturas, desgastes articulares y lesiones varias si no entrenamos usando el músculo más importante de todos: la cabeza.
La tensión que acumulan los músculos durante el ejercicio puede llegar a producir roturas, desgastes articulares y lesiones varias
Ahora bien, es posible programar el gimnasio de forma que potencie el trabajo que realizamos el resto de los días.
Durante el trabajo en sala por grupos musculares, el estrés al que sometemos al músculo es lo que permite que este crezca y se desarrolle, sí pero también hace que las fibras musculares se rompan. Tan importante como este estrés es la posterior fase de descanso porque permite al músculo y reparar las fibras dañadas y volver a la normalidad. Sin ese periodo de reposo, la situación de estrés de nuestra musculatura será permanente, el rendimiento del músculo disminuirá y el riesgo de sufrir una lesión se multiplicará por mil.
En el caso concreto de la musculación, dependiendo de si hablamos de grupos musculares grandes o pequeños el tiempo de descanso variará entre 72 y 48 horas. De forma general, trabajamos cada grupo muscular una vez a la semana. Así, habrá tiempo de sobra entre sesión y sesión de trabajo para que el músculo se relaje y vuelva a estar preparado para trabajar al cien por cien.
Un día a la semana debería ser sagrado y de descanso completo, sin aportar más tensión a ninguna parte de nuestra musculatura. Además, combinar este descanso con masajes, sesiones de sauna y de spa que relajen los músculos después de hacer deporte nos ayudará a potenciar los efectos del ejercicio. Los masajes y los estiramientos ayudan a liberar a nuestros músculos de la tensión acumulada y los deja listos para volver al ejercicio.
La alimentación también jugará un papel muy importante en la recuperación muscular después del ejercicio.
Las proteínas y los carbohidratos son grandes aliados de la musculación por su ayuda para regenerar el músculo y cargarnos de energía. Sea de forma natural o en forma de batidos, una comida post entreno basada en estos dos elementos nos ayudará a potenciar el trabajo que hemos realizado.
Recuerda siempre que un músculo relajado y bien alimentado se enfrentará a la siguiente sesión completamente reparado y listo para seguir progresando en el número de repeticiones o en la cantidad de carga que puede soportar. Por el contrario, un músculo sobre ejercitado irá perdiendo fuerza y soportará menos intensidad en cada entrenamiento hasta llegar a romperse.
Además, no podemos olvidarnos de otro tipo de fatiga que también nos pasa factura: la mental. Una rutina demasiado estricta que no deja lugar para el ocio y el relax termina por agotarnos mentalmente, quitándonos la ilusión y la energía para enfrentarnos a nuevos y excitantes retos. La fatiga mental es con mucho la más peligrosa de todas porque termina por convertir en tedio lo que antes nos apasionaba. ¡Cuidado con ella!
Ahora que ya conoces la importancia del descanso para poder cumplir con tu entrenamiento con éxito, ¿cuándo nos vamos de spa?