Entrena cuerpo y mente. Entrena pilates.
Meditación. Tonificación. Quién diría que estos dos conceptos podrían ir unidos, pero lo cierto es que sí. En la actualidad asistimos al boom de las disciplinas que aúnan cuerpo y mente como el taichi, el yoga o el pilates.
Aunque ninguna de las tres disciplinas es precisamente nueva, parece que por fin el mundo del fitness les está dando el lugar que merecen. Lejos queda ya la anticuada imagen del gimnasio en el que sólo tenían cabida las máquinas y el levantamiento de pesas.
Estos ejercicios aparentemente sencillos son un reto de superación constante que estimula a quienes los practican a ser una mejor versión de sí mismos tanto por dentro como por fuera.
Sus efectos sobre el cuerpo no son inmediatos pero sí efectivos. La práctica del pilates mejora la flexibilidad y la postura corporal. Además, poco a poco y gracias al trabajo constante y continuado el cuerpo se vuelve más esbelto y definido.
Lo mejor de estas clases es que nos recuerdan que no es necesario terminar nuestro programa de ejercicio extenuados y agotados física y mentalmente para cuidarnos. Más bien al contrario. Quienes practican pilates hablan de una sensación de satisfacción y plenitud.
Sin embargo, aún hay mucha gente que cree que hacer pilates es no hacer nada porque no se suda. Quienes consideran el pilates un ejercicio suave para personas a las que no les gusta el ejercicio físico… Tienen razón, pero se equivocan al creer que es inefectivo o inútil.
El origen del pilates se remonta a la propia experiencia de su creador, Joseph Pilates. Pilates padecía asma y no podía ejercitarse con normalidad, así que empleó como base sus conocimientos médicos y las artes marciales orientales para crear un completo sistema de entrenamiento que le permitiera estar en forma más allá de los límites de su estado físico. Y lo consiguió.
Este médico alemán combinó movimientos específicos de duración determinada con el control de la respiración hasta dar con la fórmula de ejercicios que se ha hecho mundialmente famosa.
Con el tiempo, sus seguidores han ido modificando el programa original y es posible encontrar muchas escuelas de pilates diferentes dentro del paraguas del mismo nombre. No obstante, todas se basan en los mismos principios y filosofía.
Si hace mucho que no haces ejercicio, en un par de semanas empezarás a notar tu cuerpo diferente. Aunque el tiempo óptimo para ver los resultados es de 12 semanas, muchas personas se sienten mejor desde la primera clase gracias a la forma de trabajar el cuerpo. ¡Algunos aseguran incluso verse más altos! No, no han perdido el juicio: el estiramiento de la columna vertebral es tan completo que da esa sensación.
El pilates pone especial énfasis en el trabajo de la zona core, a la que llama centro de energía del cuerpo. Estos músculos centrales son fundamentales para garantizar no sólo la estabilidad sino el bienestar general. Al fin y al cabo, recuerda dónde se localizan los principales órganos vitales.
Una buena sesión de pilates activa el sistema linfático y ayuda a eliminar toxinas. La segregación de endorfina y serotonina se dispara durante el entrenamiento y es la responsable de la sensación de bienestar general con la que termina una clase.
Así que si lo que buscas es un ejercicio liberador para tu mente pero que al mismo tiempo te ponga progresivamente en forma, no deberías dejar pasar la oportunidad de experimentar con el pilates.